viernes, 30 de diciembre de 2011

Jazz Sessions (XXXV)



"Puttin' on the Ritz" (Irving Berlin, 1929) es una delicia de canción de la que existen innumerables versiones. Su título viene a significar algo así como "ir vestido a la moda", y lo de Ritz, por supuesto, es por el Ritz Hotel. La versión que hoy les presento corre a cargo de Benny Goodman y su orquesta. Todo un lujo.




Fue incluido en varios musicales, entre ellos en la película "Cielo Azul" (Stuart Heisler, 1946), con la que supuestamente Fred pretendía echar el cierre a su carrera en el cine. Tenía 47 años y su intención era seguir con el baile, pero detrás de las cámaras, y dedicarse a la cría de caballos de carrera.

Afortunadamente para el cine (y para nosotros), no fue así. En los años siguientes llegarían títulos como "Bodas Reales", "Melodías de Broadway" o "Una cara con ángel", entre otros.

No pude resistirme a dejaros esta exquisitez de vídeo. Vistámonos de gala para despedir a lo grande este moribundo año 2011. Con ustedes: Puttin' on the Ritz. Disfrútenlo.




viernes, 23 de diciembre de 2011

Su blog amigo les desea Felices Fiestas

Disfrutando siempre en la mejor compañía

Unos más que otros, qué le vamos a hacer


Sigo insistiendo en que lo mejor de esta época es la música. Y si no, escuchen:



Pues hala, a divertirse y a descansar. Les espero a la vuelta de vacaciones (quizá antes). Este año fui un poco más parco en palabras, a tono con lo que pretenden ser unas austeras y comedidas Navidadescomprar, comer, comprar─ por mi parte.


¡Hasta el gorro de las compras navideñas!


Muchas gracias por su compañía. Fue un placer un año más.

¡Salud!

sábado, 10 de diciembre de 2011

Citas y fragmentos #11





«El hecho de no ser un profesional brillante era, en realidad, su punto fuerte. Valerian creía saber todo lo que sabían los tontos».


«En otras ocasiones, como en ese momento, en que la electricidad estática producía sonidos sin esquema alguno, recordaba las famosas palabras de Shannon sobre la teoría de la información en el sentido de que el mensaje mejor codificado era apenas un ruido ininteligible a menos que uno tuviera de antemano la clave de cifrado».


«Aun si el Mensaje se repitiera y consiguiéramos descifrarlo en su totalidad, ¿sería buena la traducción? ¿Sabes lo que dijo una vez Cervantes? Sostuvo que leer una traducción es como examinar el reverso de un tapiz».




«─Siempre pensé que un agnóstico es un ateo sin el coraje de sus convicciones.
─También podría decir que un agnóstico es una persona profundamente religiosa, con un conocimiento al menos rudimentario de la falibilidad humana».



«Si Dios es omnipotente y omnisciente, ¿por qué no creó el mundo tal como quería que fuese? ¿Por qué siempre lo está arreglando y quejándose? Si hay algo que la Biblia deja en claro es la chapucería de Dios como fabricante».


«La idea del celibato de los clérigos me parece especialmente buena porque tiende a eliminar cualquier propensión hereditaria al fanatismo».


«La perspectiva de una Galaxia poblada, de un universo rebosante de vida e inteligencia, le dio deseos de llorar de alegría».


Carl SAGAN
(Contact)

jueves, 1 de diciembre de 2011

Oh, Be A Funny Girl, Kiss Me!


El diagrama de Hertzsprung-Russell es una de las gráficas más conocidas en astrofísica. Representa la magnitud absoluta de las estrellas ─para entendernos, el brillo─, en el eje de ordenadas, frente a la clase espectral de la misma ─la temperatura─, en abscisas.

La mayor parte de las estrellas se aglutinan en torno a lo que se denomina Secuencia Principal, y es que, cuanto mayor es la temperatura de una estrella mayor suele ser también su brillo. Sin embargo, existen un par de notables excepciones: las gigantes rojas y las enanas blancas.

Las gigantes rojas son estrellas de "baja" temperatura y gran brillo (debido a su inmenso tamaño), de ahí que se sitúen en la esquina superior derecha del diagrama H-R. Se las denomina rojas porque al ser estrellas "frías" emiten radiación electromagnética a esas longitudes de ondas (recuérdese que una llama de color rojo es menos energética que una llama azulada). Por su parte, las enanas blancas son estrellas poco luminosas pero muy calientes. A ellas se reserva, por tanto, la esquina inferior izquierda del diagrama.

Según su clase espectral las estrellas se enumeran, de mayor a menor temperatura, con una de las siguientes letras: O, B, A, F, G, K, M. Como regla nemotécnica para recordar dicha secuencia suele usarse la frase: “Oh, Be A Fine Girl, Kiss Me”, todo un clásico en astrofísica, aunque yo tengo versión propia: funny en lugar de fine (nada me lo impide).

Y ya para acabar, y a modo de curiosidad, deciros que nuestro Sol es una estrella de segunda generación (formada a partir de los restos dejados por una explosión supernova), no muy grande en tamaño y tampoco demasiado caliente (más bien fría), del tipo G, según la nomenclatura que acabamos de ver.



Nota: Entiendo que se puede vivir perfectamente sin noticia de estos datos, pero a algunos nos reporta una satisfacción muy placentera el conocerlos... Supongo que esta es una de esas entradas que todo bloguero se reserva para sí; se siente casi una necesidad imperiosa de publicarla. Me pareció un buen momento para hacerlo ahora, justo cuando se cumplen 100 años de la aparición del diagrama H-R (mes arriba, mes abajo). Ya aprovecho y la comparto con todos vosotros.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Minielogio de la parsimonia



No me gusta leer para decir he leído. No me gusta ver para decir he visto. No me gusta escuchar para decir he escuchado. Cada vez más, leo, veo y escucho ─siempre para mi propio y exclusivo deleite (y cosas que, a priori, creo me pueden gustar)─, recreándome en cada letra, imagen o nota musical con la más absoluta atemporalidad. ¡Que corra el mundo! Yo sigo parsimonioso y ajeno a modas. Despacito y buena letra. Ya cuento con el hecho de que ni en cien vidas podría abarcar todo lo que quisiera. Disfrutemos pues sin prisas, que para urgencias ya están los jefes...

Esta entrada viene a colación del estrés que empiezo a apreciar en muchos como consecuencia del libre y gratuito acceso a contenidos en Internet. El afán desmedido por intentar abarcar lo inabarcable, y a ser posible antes que el vecino, hace que muchos se olviden de lo primordial en estos casos, que no es sino gozar de la obra, recrearse en ella, no tener prisa por acabarla sino todo lo contrario, temer que se acabe.

Yo soy de los que echan varias páginas atrás cada vez retomo la lectura de un libro; de los que se van a una habitación simplemente a escuchar música, sin más (me parece poco considerado con este arte tenerla siempre de fondo; de vez en cuando es bueno prestarle toda la atención del mundo). En fin, que las prisas nunca fueron conmigo. Los que me conocen lo saben.

Par-si-mo-nia. Hasta lleva un tiempo decir la palabra. Me encanta.

Take it easy, my friends! ¡Fuera prisas! Murnau y Griffith pueden esperar (quien dice Murnau y Griffith puede decir Antonioni y Fellini, o cualesquier otros dos). No nos pongamos nerviosos por acabar filmografías... Entre disfrute y disfrute, un pequeño reposo. Y sin regomeyo. Nada de inquietarse ;-)

sábado, 19 de noviembre de 2011

Interludio musical #6


Concierto para piano y orquesta Nº12 en La Mayor, K.414 - Andante


Ideal para reflexionar.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¡Tres años!



Ese es el tiempo que llevo al frente del blog, y es gracias a vosotros que sigo publicando de vez en cuando (a pesar de no gustarme demasiado esto de la escritura). Me encanta compartir afinidades, aunque raro es que quede satisfecho con la forma en que las presento; siempre tengo la sensación de que no lo expreso como quisiera. El balance, sin embargo, es muy positivo. Y vaya que si lo es...

Muchas gracias a todos los que por aquí pasáis, a los que dejáis comentario y a los que me acompañáis en la sombra. Sin vuestra presencia no creo que esto hubiera durado tanto. Lo que comenzó siendo una simple prueba informática (quería ver cómo funcionaba la cosa esta de los blogs), se ha convertido en un más que agradable pasatiempo. Me encanta y es por ello que intentaremos alargar la experiencia un poco más si os parece (aún tengo algo así como media docena de entradas en borrador; sería una pena desperdiciarlas). Pero el objetivo ya está cumplido: me propuse llegar a los tres años y aquí estamos.

Gracias. De veras. Es un placer encontraros por aquí. Aprendo y disfruto mucho con vuestros comentarios: la "magia" del blog, sin duda. Una gozada, como esta canción:



sábado, 12 de noviembre de 2011

Jazz Sessions (XXXIV)


A esto lo denominan acid jazz (etiquetas, etiquetas, etiquetas). Galliano es el nombre de la banda y este uno de sus mayores éxitos: "Prince of Peace".

Sólo sé que esto pegó fuerte el año de la Exposición Universal en Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Supongo que en Wikipedia, la fuente de información del S.XXI, habrá algún que otro dato de interés, pero bueno, a mí lo que me importa es la música. Con ella os dejo. Feliz fin de semana.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Serena belleza



En memoria de Vivien Leigh, una de las actrices más guapas y talentosas del cine clásico. Tal día como hoy, pero en 1913, venía al mundo esta chica (en la India nació).

Por cierto, aunque ya sabéis que yo no creo en estos premios, dos Oscar atesora esta actriz:
  • Mejor Actriz año 1939, por Lo que el viento se llevó
  • Mejor Actriz año 1951, por Un tranvía llamado deseo



«Me miró por debajo de sus largas pestañas. Ésta era la mirada que debía hacerme caer de espaldas»

La cita es de "El Sueño Eterno", la novela. Y esa mirada bien podría haber sido la inspiración de Chandler.

Suspiren, suspiren...

martes, 1 de noviembre de 2011

Mis diez del western



Más o menos ya todos sabemos de qué va esto del western, de manera que no me enrollaré demasiado. Deciros, simplemente, que crecí viendo películas del Oeste y de Cantinflas, las favoritas de mi padre. La sobremesa de los fines de semana, después de los dibujos animados, tocaba película. Y allí que estaba yo con los ojos como platos viendo arreglar sus asuntos (a tiros) a unos hombres con las botas muy polvorientas.

Me encantaba ver cómo el protagonista desenfundaba siempre el revólver más rápido que el malo, y disfrutaba de lo lindo con todo el tema ese de los indios apaches, comanches y sioux, muy pintados ellos y siempre en constante lucha con la caballería y los vaqueros. El traslado del ganado atravesando ríos, montañas y valles; el sheriff del pueblo (una única calle con casas a ambos lados) al que nadie hacía caso; la doma de un caballo salvaje ciertamente malhumorado; esa bella damisela por la que todos beben los aires; ese personaje de aspecto pusilánime que en un determinado momento de la cinta no dudará en hacer frente al malo malísimo para sorpresa del personal; la puerta de la cantina abriéndose, un silencio sepulcral, miradas que matan (tanto o más que las balas), y, de repente, sillas y mesas que comienzan a volar por los aires al son de un tiroteo… En fin, son tantas las escenas que quedaron grabadas en mi retina…

A continuación, os dejo las diez películas del Oeste por las que siento más simpatía (seguramente, las que más veces he visto). Sé que son imperdonables ciertas ausencias (demasiadas; con una lista de treinta títulos probablemente seguiría insatisfecho), pero digo lo de siempre: hay que elegir, y diez no dan para mucho. Es un desafío. No pretendo contentar a nadie con esta lista (tampoco os vayáis a disgustar, amigos): es personal al cien por cien y se basa únicamente en mis gustos y en el cariño que le haya podido tomar a ciertos títulos con el paso del tiempo. Veamos si coincidimos en alguna. Podéis tirar a matar. Cobarde no soy ;-)

  • La diligencia (John Ford, 1939)
  • Río Rojo (Howard Hawks, 1948)
  • El hombre de Laramie (Anthony Mann, 1955)
  • Seven men from now (Budd Boetticher, 1956)
  • Horizontes de grandeza (William Wyler, 1958)
  • Río Bravo (Howard Hawks, 1959)
  • Los siete magníficos (John Sturges, 1960)
  • El último atardecer ((Robert Aldrich, 1961)
  • El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962)
  • El día de los tramposos (Joseph L. Mankiewicz, 1970)















«Solamente hay dos cosas más bonitas que un arma: un reloj suizo y una mujer. ¿Alguna vez ha tenido un reloj suizo?».

(Río Rojo)

lunes, 24 de octubre de 2011

Al rico glutamato



Salsas, sopas de sobre, quesos, escabeches, patatas chips y demás saladitos, encurtidos y demás ácidos, y un largo etcétera, son sólo algunos de los alimentos cuyo sabor es potenciado descaradamente por el glutamato monosódico, uno de los mejores aliados de la industria alimentaria en los últimos años.

Si le echáis un vistazo a la lista de ingredientes de esa salsa barbacoa que tanto os gusta, o a esas patatitas del súper cuya bolsa, una vez abierta, es imposible que dejéis a medias, lo encontraréis, o bien camuflado bajo el genérico "potenciadores del sabor", o bien oculto tras la aséptica denominación E621, sin duda, uno de los aditivos estrella.

Los entendidos dicen que siempre ha estado ahí, en los alimentos, de forma natural. Y que es el responsable de ese quinto sabor de nombre tan raro: el umami (los otros cuatro, recordad, son: el ácido, el amargo, el dulce y el salado). También dicen que no tiene nada que ver con el síndrome del restaurante chino... En fin, yo lo único que os puedo decir es que, tras la experiencia que me han dado unos cuantos años de consumo y seguimiento, cada vez detecto más rápido cuando un alimento ha sido condimentado con tan seductor aditivo. En los encurtidos ya me empieza a cansar; no soporto ese regusto metálico que te dejan. Y las patatas chips, cuanto más sencillas y caseras sean, mejor. Antes me iban todas esas que vienen con unos polvillos rojizos que hacen que te mueras de sed, las de sabor jamón eran mis preferidas... ¡Aarggh!, ¡quita, quita!... Pues eso, que mientras que millones de personas aún siguen enganchadas a todo este tipo de productos ─haciéndoles reportar pingües beneficios a todos estos espabilados de la industria alimentaria─, aquí, un servidor, ya lo está dejando. Que lo consiga es otra cosa bien distinta...


viernes, 21 de octubre de 2011

Citas y fragmentos #10





«El analfabeto del siglo XXI no será quien no sepa leer ni escribir, sino quien no sepa aprender, desaprender y reaprender».

(El Shock del Futuro)


«Un analfabeto será aquel que no sepa dónde ir a buscar la información que requiere en un momento dado para resolver una problemática concreta. La persona formada no lo será a base de conocimientos inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus capacidades para conocer lo que precise en cada momento».

(La Tercera Ola)


Alvin TOFFLER. Escritor y futurista estadounidense.



jueves, 20 de octubre de 2011

domingo, 16 de octubre de 2011

Jazz Sessions (XXXIII)


Llegó la tarde del domingo. Un domingo que pide a gritos siesta, sana costumbre donde las haya. Apago el teléfono móvil, me pongo cómodo, programo en mi estéreo una extensa selección de smooth jazz ─función sleep activada: una hora─, y me dejo llevar por la cálida y sosegada voz de Diana Krall.

"The Look of Love" hace que me vaya sumiendo en una agradable modorra a la que es imposible resistirse. Ni lo intento. Repito la pista un par de veces y dejo que siga la selección. Ya puedo dormir tranquilo.


jueves, 13 de octubre de 2011

Día Mundial de la Visión



El ojo humano aún no está habituado a las distancias cortas. Durante miles de años al homínido le bastó con ver bien de lejos por aquello de localizar a las presas a la hora de la caza. Es sobre todo en estos últimos años cuando lo estamos sometiendo a una tensión desconocida hasta el momento, al enfocar constante y prolongadamente sobre objetos cercanos. Y eso, lógicamente, pasa factura (para fortuna de las ópticas)...

Enfocar a 20 ó 30 centímetros para leer un libro o usar el móvil, o pasar ocho horas delante de una pantalla de ordenador a no más de medio metro de distancia, son actividades a las que todavía no se acaba de acomodar nuestro maltrecho ojo. Han de transcurrir aún muchos años para que la vista a corta distancia recupere el terreno perdido frente la visión lejana.

Y mientras dejamos que la evolución haga su trabajo, tres consejos os doy para intentar mejorar un poco nuestra salud ocular (aunque no sea médico podéis fiaros, no perjudican):
  1. Una alimentación sana rica en alimentos frescos y naturales. Ya sabéis, de todo un poco sin abusar de las grasas, pero con abundantes frutas y verduras frescas. La zanahoria cruda, esa gran olvidada, es buenísima. Comida a bocados fortalecerá además vuestras encías. Ignorad al graciosillo de turno que saque a relucir la figura de Bugs Bunny, es lo de menos.
  2. Si pasáis muchas horas delante de una pantalla es conveniente que relajéis periódicamente los ojos durante algunos segundos. Puede bastar con un minuto de relax por cada hora de trabajo. Para ello fijad la vista en punto lejano durante ese tiempo y aprovechad para soltar un par de buenos suspiros (alivian tensión). Si estáis en casa podéis asomaros tranquilamente a la terraza para mirar al bloque de enfrente cual James Stewart en "La Ventana Indiscreta", mientras que en la oficina, aunque algo más complejo si no hay ventanas, bien os podrían valer las piernas de la secretaria del fondo si está a quince o veinte metros de distancia. De esta forma conseguiréis destensar los músculos oculares.
  3. Y, por último (aunque no por ello menos importante), no abusad de las gafas. Recordad que estos instrumentos no curan; son simplemente un parche y acabarán por haceros perder más visión de la que ya aquejáis si no las usáis únicamente cuando sea indispensable (el que las tenga para lectura, pues eso, sólo para lectura).

Tan simplón como parece y anda que me he reído yo poco con este chiste de Eugenio. Por cierto, se me olvidaba: hoy es el Día Mundial de la Visión (y se nos queda corto el año para celebrar días...). ¡Hasta la vista!


viernes, 7 de octubre de 2011

No soporto #20

Pérez-Reverte y Almeida. Amores imposibles.




Podrán tener muy buen currículum, no lo cuestiono. Pero no me gusta su radicalismo exacerbado, ni el de él ni el de ella. Al primero, además, le pierden las formas, henchido de vanagloria.

jueves, 6 de octubre de 2011

Lamento del viejo post olvidado




Llegaste y se olvidaron de mí
Cinco días tan solo viví
Y así, poco a poco me sumí
Ahí abajo, donde nada parece existir.



Sólo existe el ahora. No hay más. El ayer es un recuerdo, y el mañana quién sabe si llegará. Si me apuran, casi que ni el presente existe: segundo a segundo se nos va desvaneciendo en pasado, y es así como casi sin que lo advirtamos, se nos va escapando la vida.

Da vértigo mirar el segundero de un reloj ...la gran cuenta atrás... No me gusta la manecilla de los segundos en los relojes. Me inquieta su tictac.

sábado, 1 de octubre de 2011

La Paradoja de Olbers


¿Por qué es oscuro el firmamento nocturno si el Universo parece tener un tamaño infinito y las estrellas se reparten uniformemente por todo el espacio? La contribución a la luminosidad de cada estrella, por pequeña que ésta fuera, haría resplandecer el cielo incluso de noche si hablamos de un número infinito de estrellas... No crean que es asunto trivial. Durante más de cien años la comunidad científica intentó, sin éxito, dar respuesta a tan razonable pregunta.

El primero en cuestionárselo, allá por 1826, fue el físico alemán Heinrich Olbers, de donde toma el nombre tan célebre paradoja. La solución que él propuso fue considerar que las nubes de polvo existentes en el espacio interestelar absorberían la luz procedente de las estrellas lejanas, con lo que sólo recibiríamos la luz emitida por las más cercanas. Sin embargo, esto no resolvía la paradoja puesto que de sobra sabemos que la luz incidente en el polvo acabaría calentándolo hasta hacerlo brillar tanto como las fuentes originarias.

Hoy en día la cuestión queda zanjada admitiendo que el Universo no puede ser simultáneamente infinito, eterno y estático. Eterno ya sabemos que no es puesto que las estrellas siguen todas un ciclo vital que viene determinado por su masa inicial. Y estático tampoco: el Modelo Estándar nos habla de un Universo en expansión (y además acelerada; otro día hablamos de la energía oscura y la constante cosmológica). De manera que aun siendo nuestro Universo infinito y conteniendo un número infinito de estrellas uniformemente distribuidas, nunca podríamos ver la luz de las estrellas situadas a todas las distancias posibles al no ser éste ni estático ni eterno. O bien la luz de los objetos más alejados aún no ha llegado hasta nosotros (recuérdese que la luz viaja a una velocidad finita de unos 300.000 Km/s), o bien, de hacerlo, habrá pasado tanto tiempo que los objetos más cercanos ya se habrán extinguido y apagado, con lo cual la luminosidad total no resultará tan grande como para hacer resplandecer el cielo.



Créditos
* Foto: Alain Sallez (picdumidi.org) & David Romeuf (Université Lyon 1).
* Música: "The Sky Moves Sideways (Phase One)" (Porcupine Tree).

viernes, 30 de septiembre de 2011

Rachael



A un 75% de los que respondieron a la pregunta de mi encuesta les gusta más el nuevo look del blog. Me alegro por ello. Aquí os dejo la foto y el tema musical que me sirvió de inspiración para el motivo principal que adorna este nuevo y sencillo diseño: Rachael. Imposible no enamorarse del personaje en aquella escena en la que se suelta el pelo.

Muchas gracias al cien por cien de los encuestados.



domingo, 25 de septiembre de 2011

Jazz Sessions (XXXII)



Como es probable que los nombres de Bobby Hackett y Jack Teagarden os digan más bien poco (tampoco yo sé mucho de ellos, para qué nos vamos a engañar), mejor pasar directamente a la acción: "I've Found A New Baby".

Qué maravilla de dixie sound... ¡Arriba ese volumen y a seguir el ritmo! ;-)

jueves, 15 de septiembre de 2011

El Puente de Waterloo (Mervyn LeRoy, 1940)



No sé cómo transcurrieron tantos años sin que esta película y yo cruzáramos nuestros caminos, pero la verdad es que tuve que entrar en la blogosfera, crearme un blog y empezar a curiosear lo que la gente escribía, para que el azar, a través de cierta persona con muy buen gusto para esto del cine y la música (ella sabe quién), quisiera ponerme en la pista de este trabajo gracias a su enorme y contagioso entusiasmo. A ti, que me la diste a conocer hace unos cuantos meses, van dedicadas las siguientes líneas.





Corría el año 1940, pocos meses después de la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi, cuando vio la luz este film, probablemente, la primera obra que incluyó la Segunda Guerra Mundial en su trama (eso dicen, no llegué a comprobarlo).

Resulta que a su director, Mervyn LeRoy, quien ya tenía en su filmografía títulos tan brillantes como "Hampa dorada" (1931) o "Soy un fugitivo" (1932), le dio por revisar un viejo título del 31: "El Puente de Waterloo", una película dirigida por James Whale y basada en una obra de teatro de Robert E. Sherwood. Ni he visto esa película ni conozco al dramaturgo, pero bueno, son datos que nunca está de más tener. Tampoco sé de quién fue la decisión final, pero la cuestión es que los papeles estelares acabaron recayendo sobre la oscarizada Vivien Leigh («fascinante, deslumbrante, inagotable y llena de vitalidad» según el N.Y. World Telegram) y Robert Taylor (un nuevo galán al estilo de Clark Gable, bigotito incluido). Y digo yo que muy mal ojo no tendría la persona que los eligió cuando tanto él como ella consideran éste el trabajo de sus vidas según declaraciones personales. Miren y admiren este portento de mujer. ¿No les parece como si el tiempo se detuviera y un agradable cosquilleo recorriera sus cuerpos de arriba abajo?




Pero veamos de qué va esto. Todo empieza (y acaba) en el puente que da título a la película. Recién estallada la Segunda Guerra Mundial vemos a un veterano oficial, Roy Cronin (Robert Taylor), subir a un coche y dar la orden a su conductor de dirigirse hacia la Estación de Waterloo por la ruta que atraviesa el puente. Al llegar al puente se detienen, el oficial baja del auto y es entonces cuando un flashback que tiene lugar mientras Roy permanece pensativo nos hace retroceder hasta la Primera Gran Guerra, justo hasta el momento en el que ese entonces joven oficial se encuentra casualmente con una bella bailarina llamada Myra Lester (Vivien Leigh) durante un ataque de la fuerza aérea alemana. Estaban en el puente y buscarán refugio en una estación de metro. El azar los unió y el azar se encargará de separarlos. El amor en tiempos de guerra... ¿Quién dijo que fuera fácil?





¿Se puede resumir una vida en cuarenta y ocho horas? ─le dice Myra a un ilusionado y pletórico Roy en cierto momento de la película. Ellos lo intentan, pero serán tan sólo cuarenta y cinco minutos de metraje real (sobre un total de hora y tres cuartos) el tiempo que les dura la felicidad plena. Después: una estación, un tren que se marcha y una pareja de novios que ni siquiera pudo despedirse. Añádanle la incertidumbre de no volverse a ver debido a la guerra y podrán hacerse una idea de la dureza de la situación. Las estaciones, por norma general, son lugares fríos e impersonales. No me gustan, pese a que también puedan representar reencuentros, no solo despedidas. Esa escena es memorable, como memorable es también la escena en la que la pareja protagonista baila el "Vals del Adiós", todo un portento de la planificación e iluminación cinematográficas. Según cuentan, se supone que ese pasaje debía incluir varias líneas de guión, pero como se les hacía tarde y no lograban dar con las palabras adecuadas, Mervyn LeRoy, todo un veterano del cine mudo, optó por filmarla sin diálogos; que las imágenes hablaran por sí solas. ¡Y vaya que si lo hacen!... Imposible superar esto:




Nunca fui partidario de desgranar el argumento de las películas de cabo a rabo (bastante he contado ya), de manera que prefiero dejarlo aquí. Si os la contara pormenorizadamente (cosa que tampoco se me da muy bien, la verdad sea dicha) perdería gran parte de su encanto. Y pocas cosas hay en esta vida comparables a la emoción del momento en que uno se sienta por primera vez delante de una obra de arte como la que hoy nos ocupa, dejándose llevar simplemente. No quisiera ser aguafiestas: si queréis saber cómo acaba la historia tendréis que sentaros frente a la pantalla. Tan sólo os dejo una de las frases que Roy dirige a su amada Myra en otro punto de la trama (se me quedó grabada a fuego, no sé qué tendrá). Creo que podréis haceros una idea del tono general y los derroteros que seguirá la historia (y me temo que ya estoy diciendo demasiado)...

    «Me resultó curioso que fueses tan joven, tan dulce y ...tan triste. En fin, no parece que esperes demasiado de la vida»








Tampoco ya del cine actual esperamos nada parecido a esto. Difícil es dar en el cine de nuestros días (imposible en el mundo real) con unos personajes con la bondad y ternura que rezuman Myra y Roy, tan ingenuos e ilusionados como un par de pipiolos empezando a descubrir el amor. Conceptos como el honor (la opinión que los demás tienen acerca de nosotros, según Schopenhauer) o el buen nombre o reputación de las personas, así como un abnegado espíritu de sacrificio (desmedido en la película a mi parecer; para todo existe un límite) también murieron con aquella época. Sus virtudes son muchas, defectos no le veo; os servirá incluso hasta para aprender ciertos pasos de ballet. Términos como "pas de bourrée", "entrechat" y "arabesco" son mencionados por uno de los personajes más antipáticos que haya visto en una pantalla en mucho tiempo (en el mundo real, por desgracia, los hay a porrillos): Madame Olga Kirowa, la directora de la compañía de bailarinas, una vieja déspota metomentodo que seguramente ya nació vieja y amargada; casi casi, la encarnación misma del Führer (fantástica Maria Ouspenskaya). Otra actriz que también lo borda es la rubita Virginia Field (Kitty en la película), la inseparable amiga de Myra.

    - Espero que no juegue con ella. Myra es como una niña. Se ha dado cuenta, ¿verdad? - Sí, desde luego, Kitty.
(Kitty a Roy)




Recomendable al cien por cien. Ahora mismo le endoso la etiqueta que reservo yo en estos casos para las obras maestras con mayúsculas. ¡Pero qué grande es el cine clásico!

martes, 13 de septiembre de 2011

La Caja de Pandora



Supongo que la mayoría ya conocerá esta excelente publicación electrónica que nada tiene que envidiarle a ninguna de las revistas que pueblan los estantes de nuestros quioscos. Bueno, por si aún quedara algún despistado ahí fuera, aquí estoy yo para anunciároslo.

La Caja de Pandora es su nombre. Crowley su ilustre responsable (ideólogo, director, principal articulista y montador); suyo es el 90% del mérito y me quedo corto. Acaba de publicar su segundo número, que en esta ocasión está dedicado a las drogas. Y entre su extraordinario plantel de colaboradores, aquí un servidor logró colarse teniendo así el privilegio de aportar ─muy discretamente─ su granito de arena, con un pequeño artículo dedicado a la figura de quien ya os podéis imaginar.

Si queréis descargarla en formato pdf aquí tenéis el enlace (completamente gratis y sin claves). Para acceder a la página de la revista basta con hacer clic en este otro vínculo. A ver si entre todos logramos hacer aún más grande esta publicación. Se lo merece.

Y ya que estamos publicitando cosas, aprovecho también la ocasión para recordaros esta vieja entrada del blog, más que nada, porque la canción que incluía al final le viene de lujo al artículo de la revista. Jamás me cansaré de escuchar ese tema. No tenía guasa el amigo Dino, ¡qué va!...

viernes, 9 de septiembre de 2011

Decálogo de buenas costumbres

No son las Tablas de Moisés. Tampoco me preocupé de ordenarlo según relevancia. Ni te garantizan que vayas a ser más feliz. En fin, como dijo aquel, estos son mis principios; si no os gustan tengo otros.

  • Si no quieres que se enteren, no lo cuentes. Creo que esto es también un viejo proverbio chino (en algo coincidimos).
  • Habla sólo por detrás lo que estés dispuesto a decir a la cara llegado el momento. Evita entrar en chismes y critiqueos.
  • No hables de política, fútbol o religión con desconocidos. La gente es muy susceptible con estos temas. No confíes en que tu interlocutor tenga el mismo sentido común que tú.
  • Acostumbra a dar los buenos días y a ser agradecido, sobre todo con quien lo merece. Aún no cobran por ello.
  • A veces es necesario hacerse el tonto. Háztelo; no quiere decir que lo seas.
  • Mantente al margen ─o pon en marcha el protocolo de medidas indirectas─ mientras el asunto no te toque de cerca. Si crees que puedes salir airoso y merece verdaderamente la pena, pasa directamente a la acción. Contundencia, eficacia y discreción.
  • Procura tener siempre un comportamiento lo más cívico posible. No obstante, todo tiene un límite: en una gran ciudad, raro es que yo camine más de 200 metros en busca de una papelera. Si Urbanismo no hace su trabajo, yo tampoco hago el mío (no me voy a ir a casa con el papelito del chicle en el bolsillo).
  • En general, en la vida, un puntito de desconfianza te ayudará a ahorrarte más de un chasco. La ingenuidad ya sólo se encuentra en el cine clásico.
  • En la taquilla del cine, pide siempre la entrada por el título de la película (aunque esté en chino mandarín), nunca por el número de la sala donde la proyectan. Y recuerda que hasta la última letra de los créditos todo es película. Estos son sólo algunos de los detalles que distinguen a un cinéfilo de pro de alguien que va simplemente a echar el rato (que tampoco es malo, dicho sea de paso). Otro de los detalles que nos diferencian es que normalmente el cinéfilo va siempre con las ideas muy claras, llega al cine decidido de casa (a veces incluso hasta predispuesto). Por tanto, es impensable que se plante delante de la cartelera, brazos cruzados, a pensar qué puede ver (a menos que se haya quedado sin butaca, cosa rara, porque usualmente también es bastante previsor en materia de tiempos...).
  • Nunca se tienen suficientes amigos (en el mundo real, no en el Facebook), pero recuerda que la familia es la familia. Y la blogosfera es real, por supuesto. ¡Vaya que si lo es! ;-)

Ya sabemos que un decálogo no tiene por qué incluir necesariamente diez sentencias, pero, como me sentía con cierta "inspiración" esta tarde, quise llegar a ese número, jeje... De hecho, ganas me dan de seguir con el tema (yo es que veo una lista y me pierdo). Sin embargo, mejor dejarlo aquí; no quisiera aburriros demasiado con cosas muy mías. [...] Oye, hace tiempo que no suena Queen ¿verdad? Pues eso, con ellos os dejo. Buen fin de semana.


viernes, 2 de septiembre de 2011

Al mal tiempo buena cara

Bueno, ya estamos aquí. Vuelvo a vosotros rogándoos que volváis a mí por medio de nuestro querido Dean Martin (con él me fui y con él regreso), y esperando hayáis pasado todos un muy feliz verano. Daremos un último tironcillo hasta ver si podemos llegar a los tres años. Por aquí andamos. A ver qué se me ocurre que os pueda ir contando. La verdad es que, por mi parte, ya está casi todo dicho...





miércoles, 3 de agosto de 2011

Interludio musical #4


Mientras vuelvo o no, y para que no digan que sólo pongo antiguallas, aquí os dejo una canción algo más moderna que ronda mi mente estos días. Espero que estéis disfrutando el verano, amigos. En unas semanitas volvemos. Creo que voy a prolongar el descanso un poco más. Y es que, salvo notables excepciones, estoy viendo la blogosfera un tanto apagada. Esperaremos, pues, a que estemos todos de vuelta. Por aquí andamos mientras tanto. Me tomaré un par de ellas a vuestra salud. Y aunque la economía esté bastante mustia, prometo invitaros si me topo con alguno de vosotros ahí fuera ;-)


Nota: Pulsando sobre el botón CC podréis visualizar los subtítulos en español.

jueves, 9 de junio de 2011

¡Hasta pronto!

Me tomo un (pequeño) respiro, amigos. Creí conveniente hacéroslo saber antes de que vayan pasando los días y el blog siga sin actualizar contenidos. Pero no os preocupéis, os dejo en buena compañía: nuestro querido Dino. Y además, que esto no es un adiós, sino un hasta pronto. Sed felices ;-)






De regalo, un par de frases (adivinad de quién):
  • «Tengo siete hijos. Las tres palabras que más se escuchan en mi casa son: 'hola', 'adiós' y 'estoy embarazada'».
  • «Lo siento por la gente que no bebe. Se levantan por la mañana y no van a sentirse mejor en todo el día» ...O tal vez sí, a la vista de esta última foto (este añadido es mío, jeje...).